La oftalmología pediátrica augura un empeoramiento de la salud ocular infantil en los próximos años. Hoy en día 4 de cada 10 niños sufre algún tipo de patología visual. La mayoría son defectos refractivos, como consecuencia de la disminución de luz natural que reciben sus ojos y del uso indiscriminado de dispositivos móviles.
Desarrollo de la visión en bebés
Aunque parezca extraño, la visión de los bebés durante unos meses se desarrolla primero en el cerebro que en los ojos.
Es fundamental cuidar y prevenir la salud ocular infantil desde que se forma el feto en el embarazo. Hay hábitos alimentarios y otros de hábitos, como fumar o el alcoholismo, que pueden afectar los ojos del feto.
Durante los dos primeros meses de vida, los ojos recogen las variaciones lumínicas del ambiente y, para crear las imágenes que finalmente vemos, envían estas señales visuales al cerebro de forma bilateral a través de los nervios ópticos. Sucede que en estos dos primeros meses de vida el cerebro tiene que aprender a interpretar las dos imágenes que recibe para hacer una sola. También tiene que aprender a coordinar ambos ojos en la misma dirección para que enfoquen lo mismo. En esta fase los bebés pueden ver correctamente grandes formas, algunos colores brillantes y las caras.
A partir del tercer mes, su cerebro ya ha aprendido a interpretar las dos imágenes que recibe a través de los dos nervios ópticos. Los bebés ya son capaces de enfocar la vista sobre los objetos y de discriminar los colores primarios. También pueden seguir una señal moviendo los ojos lateralmente.
Entre los cuatro y seis meses ya se ha creado la llamada visión binocular y los ojos se emplean conjuntamente. El cerebro es capaz de fusionar las dos imágenes en una de sola. También se desarrolla la percepción de profundidad, de distancia y de perspectiva que nos habilita a percibir las tres dimensiones.
A los 12 meses el proceso de maduración tendría que estar logrado. El sistema visual seguirá desarrollándose hasta los 7 o 8 años; momento en que estará totalmente conformado.
Trastornos oculares infantiles
La mayoría de los trastornos oculares infantiles no pueden prevenirse. De aquí la importancia de detectarlos preventivamente puesto que la mayoría son asintomáticos; cursan sin que nos demos cuenta.
La oftalmología pediátrica es la especialidad oftalmológica que trata las dolencias visuales infantiles. El desarrollo saludable de nuestros hijos e hijas puede verse afectado por diferentes enfermedades oculares.
Tratar los niños y niñas en forma temprana por un oftalmólogo con experiencia en los diversos aspectos específicos del desarrollo ocular infantil, puede evitar muchas complicaciones e incomodidades. La salud ocular infantil pide atentos a las principales manifestaciones de posibles trastornos oculares para tratarlos inmediatamente.
Las primeras y principales manifestaciones de problemas oculares infantiles serían:
- girar mucho la cabeza
- parpadear constantemente
- sufrir dolores de cabeza
- tener visión borrosa
- entrecerrar y frotarse los ojos
- tener visión doble
- acercarse a los objetos
- enrojecimiento ocular
- giro asimétrico del ojo
Hay algunas patologías que se dan entre los neonatos como el glaucoma congénito, la obstrucción del lacrimal, las cataratas congénitas o la retinopatía del prematuro. Estos son los principales trastornos oculares infantiles de aparición temprana:
- ambliopía u ojo perezoso
- desalineación de los ojos
- error refractivo asimétrico entre los ojos
- miopía temprana
- hipermetropía temprana
- astigmatismo temprano
- bebés bizcos
- temblor ocular
Más allá de las posibles patologías incorporadas desde el nacimiento, hay otras que desde muy pequeños pueden surgir y agraviar la salud ocular infantil. Acontecen como consecuencia del uso masivo e indiscriminado de móviles y tabletas. La más común es la miopía; donde antes era adquirida genéticamente y ahora ya no. Otra afección es el ojo seco. En nuestro artículo “niños y móviles” encontraréis todos los detalles.
Consecuencias de los trastornos oculares de aparición temprana
Son muchas y variadas y afectan otras áreas no circunscritas solo a la salud ocular infantil; por eso es vital hacer revisiones oftalmológicas completas preventivas desde los cero años.
- Fracaso escolar: es uno de las más comunes en casos de problemas de refracción como pueden ser miopía, hipermetropía o astigmatismo. Hay que tener en cuenta que el 80% de lo que asimilamos lo hacemos a través de nuestros ojos. En este sentido tiene también mucha prevalencia la dislexia.
- Aislamiento: muchas veces se dan conductas asociales puesto que el niño o la niña puede negarse a participar en juegos y actividades donde se ponga a prueba a su agudeza visual, especialmente si son en grupo o deportes de equipo.
- Psicológicas: la más común es el problema de autoestima. Provocado normalmente por la incomprensión del niño o niña en su dificultad de lograr los objetivos del aprendizaje. En ocasiones agraviados por el aislamiento y por las relaciones interpersonales tóxicas que se pueden producir.
- Físicas: serán todas las derivadas del crecimiento descontrolado y no monitorizado de las dolencias visuales que tenga. A partir de los 10 años se hace mucho más complicado corregir algunas de ellas. También pueden surgir nuevas dolencias derivadas de las primeras.
Medidas preventivas en salud ocular infantil
El conjunto de las medidas preventivas activas y pasivas a aplicar favorecerán una visión sana o una visión con dolencias controladas y no expansivas.
Revisiones oftalmológicas
Las llevaremos a cabo desde su nacimiento para descartar problemas oculares como la catarata congénita infantil o la retinoblastoma. Estas revisiones son especialmente recomendables en casos de bebés prematuros o bebés con bajo peso puesto que son más propensos a sufrir ciertas enfermedades oculares.
Al primer año conoceremos su situación visual, haremos la exploración del interior del globo ocular y la retina y valoraremos su graduación exacta.
Entre 1 y 3 años diagnosticaremos posibles alteraciones de motilidad ocular, estrabismo y ojo vago o ambliopía.
A partir de los 3 años haremos revisiones oftalmológicas periódicas, siguiendo las directivas de la oftalmología pediátrica, con el objetivo principal de prevenir, controlar y corregir.
Alimentación
La alimentación tiene una gran influencia sobre nuestros desarrollo y salud en general y nuestra visión en particular. Alimentación y visión están íntimamente relacionadas; hay productos que, cuando los ingerimos o los ingiere la gestante, tienen una repercusión directa sobre el desarrollo del sistema visual y sobre la visión.
Luz
La mejor prevención de la miopía es pasar más tiempo al aire libre y hacer que pasen más tiempo fuera de casa o a la terraza. Está totalmente demostrada la relación entre la reducción de aparición de miopía infantil con mayores ratos de luz natural.
Por otro lado, en el interior, hay que cuidar la iluminación. Para cualquier actividad que hagan de cerca, hay que tener una iluminación general uniforme y una fuente individual, como una lamparita, que aporte la luz en la zona de trabajo y no a los ojos.
Dispositivos móviles
Hay que alejar los niños y niñas de los dispositivos móviles. Los hay que antes de cumplir 1 año ya pasan mucho rato mirando embelesados una pantalla, una práctica que no hará más que aumentar a medida que se vayan haciendo mayores. Se estima que un niño de 4 años pasa tres horas al día ante una pantalla y cuando tenga siete años, habrá estado año entero mirando una pantalla.
Juegos
Tenemos que favorecer todos aquellos juegos que estimulen y fortalezcan las habilidades visuales de los niños y las niñas. Aparte de pasar un buen rato en familia aumentaremos su agudeza visual, la visión lateral, la percepción visual y la rapidez de enfoque.
En nuestra entrada “Oftalmología pediátrica, prevención y soluciones” encontraries información al respecto ampliada.
Desde nuestro departamento profesional de oftalmología pediátrica haremos todas las revisiones y el seguimiento de los ojos de vuestros hijos e hijas para garantizarles la mejor salud ocular.
En la COP miramos por sus ojos!
